Estamos tan cansados del tema que a veces no queremos escuchar mas de la cuestión. Lo peor y que aumenta el desasosiego y a veces la ira, es que hay gente que no quiere o no puede entender y siguen con el cantito. Un poco por lo fácil que resulta pensar con esas categorías, después de siglos de acostumbramiento mental, digamos que se forma una suerte de huella, como la de camiones en el camino de tierra embarrado, que hace patinar e impide salidas laterales. Me lo he imaginado de esa forma, luego de escuchar todos los días la misma gilipollada como dirían los gallegos. Confieso que el tema me pudre soberanamente.
¿Usted de que es de izquierda o de derecha? Y dale otra vez a explicar...
No serian nada los que a propósito no quieren entender por que no les conviene, sea zurdos de diferente pelaje como derechistas de diversas tendencias. Con ellos no vale la pena esforzarse mucho, que en seguida los calas: los unos salen con que la única que defiende la justicia, la equidad social y la inclusión de los marginados es la izquierda, ese es el discursete social de los progre nuevos sacerdotes de la mojigatería políticamente correcta (no discriminación, derechos humanos y temática de género). La izquierda neta ya se ha quedado sin ideología, sin concepción del Estado, la economía y la sociedad, lo que era en su día el marxismo. Se cree viva aun, porque sigue aferrada a la axiología negativa, se reduce ya al antifascismo, a referencias al indigenismo inventado en Inglaterra o se ilusiona con el mamarracho del Socialismo del siglo XXI, no impide ello que se coloque en la práctica en el mismo bando que el liberalismo, muchas veces operando y haciendo lo que los gobiernos democráticos por cuestión de imagen no se animan a hacer con la policía. Los extremistas rojos son pandillas de la porra del capitalismo, que les da las migajas para que sigan ocupando un espacio que en realidad esta prácticamente vació: la resistencia contra el sistema. Recordemos sino hace unos días, que se descubrió como se financiaba el Movimiento Teresa Rodríguez y como inmediatamente se tapó el tema. Era financiado por el Estado. El Estado les da lo que manda el Banco Mundial en forma de créditos. Ni vamos a referirnos a los medios con los que cuenta el progresismo, con la Banda de los 30.000 desaparecidos a la cabeza.
Mientras ellos “pelean” y se neutraliza toda resistencia real, el poder sigue en las mismas manos, la explotación continúa junto con la sangría permanente de nuestros recursos. Cuando la mentira se debilita estos pobres diablos la vuelven a fortalecer.
Progresismo e izquierda así como la derecha (conservadora, gorila, emergente del golpismo) se definen siempre por lo anti, antifascismo en los primeros (llamando fascismo a cualquier cosa) y anti comunismo en los otros (creyendo que aun el comunismo existe). Lo único pro en el sistema es lo que realmente se aplica, el neo liberalismo, la tiranía del capital financiero. Lo demás es mera chatarra.
Progresismo e izquierda así como la derecha (conservadora, gorila, emergente del golpismo) se definen siempre por lo anti, antifascismo en los primeros (llamando fascismo a cualquier cosa) y anti comunismo en los otros (creyendo que aun el comunismo existe). Lo único pro en el sistema es lo que realmente se aplica, el neo liberalismo, la tiranía del capital financiero. Lo demás es mera chatarra.
Los que sí nos preocupan, son los que tienen el cerebro limado con ese cantito de la izquierda y la derecha, por que justamente pudiéndolos acercar, esta estupida temática los aleja.
A ellos resulta difícil explicarles que no existen derechas ni izquierdas, sino, por una parte, partidos u organizaciones y proyectos del sistema y por otra, grupos y organizaciones más o menos estructuradas (o desorganizadas): un pequeño (imperceptible para el común) movimiento cultural y político antisistema.
Dentro del primer apartado se desarrolla toda una dialéctica falsa donde la derecha (especialmente económica) ejerce el poder real, mientras la denominada izquierda ocupa (usurpa) el lugar de la resistencia: No resiste nada y además vive de los mendrugos que la derecha le tira: del clientelismo político.
Todas las tendencias del sistema son iguales, hacen lo mismo, sólo se distinguen, en el mejor de los casos, en la retórica, los giros terminológicos, los antecedentes históricos ( y prontuariales) de sus mandamases, la extracción social y los antecedentes políticos o académicos de los matones ( o asesores) que los sirven y por algunas recetas técnicas que adoptan para alcanzar idénticos fines en definitiva, al servicio de un único ideario democrático en política, capitalista en economía e izquierdista-marginalista (progresista) en cultura y valores; ni siquiera se detectan tales diferencias fundamentales en la práctica o a la hora de la gestión administrativa: ¿Para que abundar mas sobre esto? Con ver el zoológico político que nos rodea es suficiente, y mas en época pre electoral.
Nosotros los nacionalistas estamos por encima de las derechas y las izquierdas, por eso a la hora de la preguntita repetitiva, es necesario reconocer también que no establecemos las reglas del juego ni los conceptos imperantes en la cultura política: ergo que el sistema hará uso en nosotros justamente de esos conceptos que les son propios y como aparato cultural hegemónico, nos llamaran la ultraderecha, el fascismo.
Como siempre nos debemos a la verdad y a la realidad para decir fuerte y claro que aborrecemos la categorización bidimencional en cualquier grado de intensidad.
Somos radicalmente antisistémicos en orden a lo dicho anteriormente, por que justamente tenemos una clara identidad tanto desde una perspectiva filosófica e ideológica y aspiramos en la práctica a instaurar un nuevo estado de cosas.
Somos radicalmente antisistémicos en orden a lo dicho anteriormente, por que justamente tenemos una clara identidad tanto desde una perspectiva filosófica e ideológica y aspiramos en la práctica a instaurar un nuevo estado de cosas.
Por que en ultima instancia como herederos de los valores culturales y espirituales del cristianismo, nuestro enemigo principal es el judaísmo teológico- político, es decir: una ideología racista y supremacista, religiosa, fundamentalista, imperialista, retrógrada y criminal, verdadera potencia hegemónica a escala planetaria, cuyo discurso y mitología, constituye en definitiva el núcleo duro de pensamiento del Imperio, ideología a la que en ultima instancia el sistema o Régimen de Dominación rinde culto de izquierda a derecha.
Fuente: Red Patriótica Argentina
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